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– Acerca del ser humano
El ser humano es el objeto supremo de la creación de Dios. El ser humano está hecho a la imagen y semejanza de Dios para disfrutar de Su compañía y ser como Él en carácter, por eso, las personas tenemos un tremendo potencial para hacer el bien. Aun así, el hombre tiene tendencia a desobedecer a Dios, o en otras palabras, a “pecar”. Este pecado aleja a las personas de Dios y les causa muchos problemas en la vida.
Génesis 1:27; Salmo 8:3-6; Isaías 53:6a;Isaías 59:1,2; Romanos 3:23
– Acerca de Dios
Dios es el Creador y Regidor del Universo. Ha existido eternamente en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Estos tres son iguales y un solo Dios. La Trinidad es la Tri-unidad.
Génesis 1:1, 26-27;Salmo 90:2; Mateo 28:19;2 Corintios 13:14 ; 1 Pedro 1:2
– Acerca de Jesucristo
Jesucristo es divino, por eso puede ser nuestro Salvador y, por lo tanto, es igual con el Padre. Jesucristo, nacido por la obra y gracia del Espíritu Santo en el seno de la virgen María, vivió una vida humana sin pecado, y al morir en la cruz, se ofreció a sí mismo como el sacrificio perfecto, único y sustitutorio por los pecados de todo aquel que, arrepentido, confía en Él.
Resucitó de entre los muertos al tercer día para demostrar Su victoria sobre el poder del pecado y la muerte. Para mostrar que Su sacrificio es suficiente para nuestra salvación. Ascendió al cielo y volverá otra vez a la tierra para reinar eternamente como Rey de reyes y Señor de señores.
Isaías 9:6; Mateo 1:22,23; Juan 1:1-5; 5:22-23; 14:10-30; Hechos 1:9-11; Romanos 1:3,4;1 Corintios 15:3,4; 1 Timoteo 6:14,15; Tito 2:13; Hebreos 4:14,15
– Acerca del Espíritu Santo
El Espíritu Santo es divino y por eso puede ser nuestro constante ayudador y, por lo tanto, igual con el Padre y el Hijo de Dios. Está presente en el mundo para hacer conscientes a los hombres de su necesidad de Cristo Jesús, les capacita para acercarse a Dios y les lleva al arrepentimiento. Vive en cada cristiano desde el momento que éste reconoce a Jesús como su único Salvador. Provee al cristiano entendimiento de las verdades espirituales, les da dirección hacia lo que es correcto y fortaleza para vivir según la voluntad de Dios. También da a cada creyente, al menos, un don espiritual en el momento de su salvación.
Como cristianos debemos vivir bajo Su control diariamente, momento tras momento, y emplear los dones recibidos para el beneficio de los demás.
Juan 14:16,17; 16:7-13; Hechos 1:8; 1 Corintios 2:12; 3:16; 2 Corintios 3:17; Gálatas 5:25; Efesios 1:13; Efesios 5:18;
– Acerca de la Biblia
La Biblia es la palabra infalible de Dios. Fue escrita por unos 40 autores humanos bajo la guía del Espíritu Santo, inspirada por Dios.
Es el recurso supremo y absoluto de verdad para la fe y vida cristiana.
Salmo 119:105, 160; Proverbios 30:5; 2 Timoteo 1:13; 2 Timoteo 3:16; 2 Pedro 1:20,21
– Acerca de la Salvación
La Salvación, es el don de Dios para nosotros, un regalo. No podemos compensar nuestros pecados por medio de las buenas obras o la lucha personal, sólo podemos ser salvos a través del sacrificio de Jesucristo, ésta es la ofrenda de Dios para el perdón de nuestros pecados. Dios nos da vida eterna a través de Cristo Jesús, por eso el creyente está seguro en esa salvación por la eternidad. La salvación no se puede perder, la Salvación se obtiene y se mantiene por la gracia y el poder de Dios obrando en nosotros.
Nuestra fidelidad y compromiso al Señor es nuestra respuesta lógica.
Juan 1:12; 3:5-8; Juan 14:6; Romanos 5:1;6:23; Gálatas 3:26; Efesios 2:1, 8-9; Tito 3:5; Juan 10:29; Hebreos 7:25; 10:10-14; 1 Pedro 1:3-5
– Acerca de la eternidad
Las personas fuimos creadas para vivir para siempre en una perfecta relación con nuestro Creador, pero hoy en día se puede dar que estemos separados de Dios por el pecado o unidos eternamente a Dios gracias a Su perdón y salvación. La separación eterna de Dios, es el infierno. El vivir en unión eterna con Él, es la vida eterna. El cielo y el infierno son lugares reales para una existencia eterna e imposible de variar una vez que hayamos muerto.
Mateo 25:34; 25:41, 25:46; Lucas 16:26; Juan 3:16; Juan 5:24-25; 5:28-29 Romanos 6:23; Apocalipsis 20:15